Habla el paraíso




















Ignorante soy de mí mismo.

Mi materia se disgrega.
Mis criaturas se dispersan y se multiplican.
Mis hijos no me reconocen.

Algo ha debido suceder en ese ámbito
que feraz y generoso me fue concedido.

Ahora los cataclismos se suceden.
Los animales se alzan contra mí
y hurgan en mi piel
haciendo llaga.

Hay uno que me mira más desafiante que los demás.

Se envalentona en su torpeza
y me increpa:
devuélveme el suelo que me pertenece.

Él, que todavía está creciendo, 
que aún precisa mimos y apenas se tiene en pie, 
se revuelve y disputa mi herencia.




(Grabado de Hendrick Goltzius)


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