Cuerpo a cuerpo




















¿Es la hojarasca
o son los pasos invisibles de la fiera?
Hiere la coagulación de la sangre
en el vértice del deseo.
Mis manos son zarpas
rasgando el aire de la fiera impune
que aún llevo dentro.

Oh, tú, pantera oscurísíma,
no cesas de herir mi entraña
en cada uno de tus asaltos.







(Grabado de Adamo Scultori)

Sombra





Sombra alevosa
que deambulas en torno a mi piel
dónde agudizas tu rugido
dónde se precipita mi grito
dónde me acechas
dónde me rindo
dónde la negrura nos hace uno
y no despertamos del sueño.



Decisión





















Yo quemé en efigie
los amores no correspondidos.
Recuperé sus cenizas.
Las puse junto a las mías.




(Grabado de Hendrick Goltzius)


Dibujos primitivos





¿Cómo es el dibujo de una caricia?,
te preguntas al resentirte de tu abulia.
Todos aquellos esbozos,
¿en qué cartapacio se traspapelaron?

Ni uno solo de los trazos de tus dedos
sobre la larga piel del amor
fueron inservibles.
Pusieron rostro y cuerpo
 a cuantas sensaciones te fueron solicitadas.

Ahora contemplas tus manos vacías
tal vez inhábiles
  y quisieras hacerte tantas preguntas
 sobre el aprendizaje interrumpido...
  

Manos




















Cuando se acercan me transformo

Encelan con su gesto
las antiguas y ocultas convulsiones 
que revolvían mi materia confusa 
desprovista de nombre

Llegan y dibujan un perfil nuevo 
sobre los instintos de mi textura salvaje

y esta piel que se ofrece ya no es un pliego en blanco 
condenado a no tener rostro
a no sentir tactos
a padecer solo hambre




(Dibujo de Albrecht Dürer)


Boca




Habla, boca, sal
más allá de ti
sangra palabras que manchen,
  dame una a una
cada gota de tus heridas
sed sobre sed
íntimo lamento
antes de perecer en el olvido


Habla el paraíso




















Ignorante soy de mí mismo.

Mi materia se disgrega.
Mis criaturas se dispersan y se multiplican.
Mis hijos no me reconocen.

Algo ha debido suceder en ese ámbito
que feraz y generoso me fue concedido.

Ahora los cataclismos se suceden.
Los animales se alzan contra mí
y hurgan en mi piel
haciendo llaga.

Hay uno que me mira más desafiante que los demás.

Se envalentona en su torpeza
y me increpa:
devuélveme el suelo que me pertenece.

Él, que todavía está creciendo, 
que aún precisa mimos y apenas se tiene en pie, 
se revuelve y disputa mi herencia.




(Grabado de Hendrick Goltzius)